Herida cerrada

blandida mi alma cual empuñadura
enarbolada ayer
cansada hoy
no tengo a quien afrentar
en dueto
no tengo a quien mirar, consuelo
de dioses es esta brisa matinal
que me abandona sobre la pereza
soledad
nada que hacer pues nada hay aquí
nadie
rota la destreza de mi sola táctica
por golpear contra el vacío
tú no estás
por tantear la silueta de la noche
en la que mis manos adormecen imaginando,
herida de silencio,
y no es guerra,
acuñando en la armadura
tu nombre:
tatuaje muerto,
a brazadas retorno por la estela que la luna
diserta sobre mi mar
derrotada en esta batalla
muero,
muero llena de paz
(y punto)



M.

1 comentario:

Anónimo dijo...

gracias al cielo,
cual ave fénix,
tus cenizas
son tú
en potencia


¡vuela!



n a c o